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sábado, 10 de julio de 2021

“Pásele el pito a Cavalieri”

No recuerdo el juego, sé perfectamente que nada tiene que ver con el resultado que a la final no es ni anecdótico, con puntos que nadie recuerda, con jugadas que solo yacen en la mente de algunos jugadores. Tampoco sé del árbitro a quienes generalmente no recordamos, aunque no deberían molestarse porque no tengo la menor duda que a sus madres aún las recuerdan.

No era un juego a puerta cerrada, pero en Venezuela en algunas canchas pareciera que así ocurriera, a veces con más gente en la cancha que en la tribuna, aunque siempre existen esas barras que alientan arriba para transmitirlo todo a la cancha, pero a veces pasa lo contrario y todo lo que ocurre en la cancha se oye en la tribuna. ¡Todo!

Pero con todo y eso, siempre ha habido recursos económicos para traer técnicos que han dejado huella. La primera vez que escuché el nombre de Eduardo Borrero, fue en una esquina de la avenida 2 Lora de Mérida. Un par de amantes de la espumosa bien fría se comentaron entre ellos. “Y viene Borrero para Estudiantes” no recuerdo que más agregaron, pero lo que sí recuerdo es una sensación de aprobación, luego dos sorbos y les juro que no arrugaron la cara.

Borrero, para quienes no lo conocen llegó al fútbol venezolano como arquero y decir que es extranjero hoy en día es desconocer cuantos años ha estado entre Mérida y Puerto Ordaz, con Estudiantes, ULA, Mineros y hasta dirigió una selección Venezuela. Llegó a participar en el juego de las estrellas que por los años 70 u 80 se realizaron en Mérida entre extranjeros y nacionales.

De Ángel Raúl Cavalieri no tengo tan gratos recuerdos, el argentino siempre nos jugó en contra y para mí es uno de los mejores técnicos que han llegado a Venezuela, pero desde aquella vez que nos quitó el título en Mérida en la última fecha con su Italchacao, juré por mi perro y mi patria aceptar que se lo comieran los leones, aunque no lo logré.

Entre ambos ha habido innumerables duelos desde los años 90, con escuelas distintas. Borrero con más toque de pelota, Cavalieri con más pragmatismo, pero siempre con duelos particulares, podría decir que se conocen bastante, pero honestamente nunca vi sí alguien realmente los presentó, así que me remito a decir que se han visto lo suficiente.

En uno de esos juegos, de los innumerables duelos que han tenido, en un estadio en los que no se ensucian las tribunas, se escucha con mucho eco, pero con nitidez espantosa todo lo que dicen en la cancha.  Lo oí claramente “Estoy solo, estoy solo”, gritaba el delantero por derecha del equipo de Cavalieri, y el lateral rival se da cuenta, corre a marcarlo, mientras este seguía gritando “estoy solo, estoy sooolo” y el marcador sin que el árbitro pudiera hacer algo al respecto le grita “estás solo por feo, por narizón”.

De inmediato y en forma reiterativa, Cavalieri empieza a increpar al árbitro porque el marcador “insultó” al delantero. Tres pasos después, cuando el delantero se resbala, Cavalieri pide penalti y segundos después pide córner. Borrero se levanta del banquillo, mira al árbitro y le grita con una frase que nos retumbó en las gradas “árbitro, pásele el pito a Cavalieri”, el argentino se voltea, se miran y ambos se mueren de la risa.

 


 @jesusalfredoSP 

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2 comentarios:

  1. Muy buena esa anécdota, me imaginé totalmente al monstruo Raúl Cavalieri gritar todo eso y hasta más..

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