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sábado, 14 de abril de 2018

No me quiten la chaqueta

- Una Copa por favor- Le pedí al mesonero- cualquier cosa era buena para saciar mi sobriedad.
No sé si fueron malas o buenas decisiones las que asumí pero un cura futbolero amigo, me dijo que era bueno dejar las copas, aunque siempre yo lo veo levantándola y compartiéndola con los feligreses, para mí que era un acomplejado y frustrado que nunca pudo celebrar nada y cada vez que levantaba su copa con el vino de consagrar se sentía campeón.  ¿Cuál era la diferencia? ¿Por qué yo podía ser juzgado y él no? ¿Es que mi sed no debía ser saciada y la de ellos sí?
- Me da una Sud – realmente fue lo primero que vi en el menú, sabía que tenía poco tiempo así que no tenía mucha elección. No había tiempo para catas ni degustaciones, ni siquiera para un sorbo. El nombre de la bebida era raro, porque desde mi última vez, esa bebida no existía, no era parte del menú, o si lo era nunca la miraba, me daba ese caché.
-El mesonero va y viene. Le sirve a una mesa y desde allí mismo acepta un pedido que alguien hace desde la otra sección. –Me da 2- grita uno de ellos aunque el bullicio no permitió escuchar claramente lo que dijo.  Debe ser un cliente viejo exclamé, aunque yo me corregí, porque mirando alrededor, no creo que alguien tuviera mas años que yo, así que opté por asignarle la connotación de cliente frecuente.
El tiempo transcurrió con la misma velocidad con que este se disipa cuando mi equipo va perdiendo en el minuto 45, cuando los minutos son mas cortos y los segundo caen como legos de niño travieso.
Como tenía tiempo sin ver el ambiente, mis primeros minutos fueron de observación. Cuadros de equipos de fútbol en la pared, uniformes firmados de jugadores nacionales. Por allá vi unas fotos de los desaparecidos Marítimo de Venezuela, Minerven, Pepeganga de Margarita y mis recuerdos salieron a flote. Empecé a hacer memoria de aquel Marítimo -siempre copero, de Minerven y recordé el 5 – 0 a The Strongest, goleada que hasta hoy es la máxima de un equipo venezolano en Libertadores. En la esquina estaba la imagen de Pepeganga que en el 88 u 89, no estoy muy  seguro del año exacto se convirtió en el primer equipo venezolano en derrotar a los 2 equipos uruguayos .
 Así como mi tiempo se detuvo para recordar, pareciera que al hijueputa mesonero también. Lo veo en la misma dinámica, va y viene. El tipo me ignora, ni siquiera pasa cerca para llamar su atención, se mete en la cocina y no sale. 
Finalmente pasa uno de ellos, me levanto y con un tono mezclado entre rabia y desesperación, le pregunto por mi orden. Su respuesta fue inmediata, con poco cálculo y sapiencia -..........ya le digo a mi compañero, ......esta no es mi mesa- me dijo cínicamente el degenerado prestador de servicio. No tuve mas remedio que voltear y regresar a mi puesto.
Unos clientes que habían llegado después de yo, nueve en total, sobresalían no sólo por ser un grupo numerosos sino porque vestían todos con una chaqueta blanca que decía Banco Santander en la espalda, con un bordado perfecto, bien delineado. En el hombro derecho de la chaqueta tenía una forma circular que por sus detalles parecía un caucho y mas abajo la identificación de una empresa patrocinante. No lograba ver la otra manga, hasta que finalmente visibilizo que en el otro hombro tenía una forma no identificable pero sobresalía en letra dorada la palabra Toyota. Créanme quería ponerme una de esas chaquetas. Se veían tan bien presentables que no sólo llamaban mi atención sino paralizó parcialmente el bar completo.
 Al principio los tipos se la vacilaban, tomaban, cantaban, se sacaban fotos, pero sentí que a partir de cierto momento  no saboreaban la copa se enfocaron  era beberla.
Algunas secciones del restaurante se fueron apagando y me daba cuenta porque la pantalla de mi celular cada vez sobresalía mas en medio de la paulatina obscuridad que se iba haciendo presente.
- Finalmente el mesonero se me presenta. Llama la atención del grupo de los 9, se dirige hacia mí y me pregunta - ¿Está listo?.
 Yo lo miro a él y al grupo que había enfocado su atención hacia mi.   Yo me quedé perplejo.
- mmmmm Me pregunté...... ¿Con quién carajos me están confundiendo? ¿Por qué me ha hecho esperar hasta que yo sea el último cliente? ¿Será por qué vengo sólo y me quiere vacilar? ¿Cómo sabe que mis ahorros no tiene espacio para una buena propina?  
-Yo sólo vengo por una copa- afirmé en tono convincente aunque tembloroso.
-Eso lo sabemos - me dijo uno de ellos.
- No te estábamos esperando- exclamó otro que estaba al final sin retirar la mirada desafiante- y agregó- pero sabíamos que venías.  
-¿Ustedes me conocen? - les pregunté.
-!Claro que sabemos! -respondió el mesonero -!ya has estado aquí......... De hecho solías frecuentar este lugar!.
-"Me pueden dar mi copa y me voy tranquilo"-dije- como tratando de evitar cualquier confrontación.
-!No! ¡ el tema no es la copa! ¡puedes tomártela!  -me dijo otro de ellos- y agregó que le llevara un recadito a mi gente.
-!Hay que ponerse la chaqueta!.........! hay que lucirla, sudarla! - expresaba con cierto grado de enojo el mesonero. Y me preguntaba con el mismo tono - !¿Cómo es posible que vengan los equipos de tu país sin que logren figurar, no consiguen resultados, además de eso, visitarlos es un problema, porque hay que buscar mil conexiones de vuelo, hay que pasar caminando por un puente para llegar y de regreso es casi lo mismo, además de eso ninguno de los que nos patrocina la chaqueta tiene intereses particulares allí. -  El banco lo quitaron, no dejan llevar los cauchos y los carros sólo son accesibles para un limitado número de personas?
-Si hubiese habido un alcoholímetro seguro hubiese captado meramente mi aliento de esperanza porque sólo tuve ánimo para decir-.....  ¡Sólo le pido que no nos dejen fuera de las copas!
- ¡Hay equipos que queremos ponernos la chaqueta! -les dije....!Que queremos triunfar!, y que aunque mi primera cita con la SUDamericana fue pospuesto por unos vuelos, y el Deportes Temuco no pudo asistir a mi cita con la copa, mas allá de eso recuerden que somos subcampeones sub 20 del mundo, que las chamas de la vinotinto son producto de exportación en Sudamérica. 
Hice un rápido repaso por los logros de los equipos venezolanos, pero salvo algunos triunfos, hay poco que resaltar en el torneo continental. Así que opté por inmutarme
- Me sirvieron finalmente el trago, pero entre tanta calentera y nervios solamente aproveché los últimos destellos de luz para preguntarme ¿Qué pasa si a estos 9 se les ocurre no prestarnos mas la chaqueta? 

@jesusalfredosp