Llegando a la ciudad de Mérida, casa del equipo Estudiantes de Mérida. No es solo venir a ver uno de los estadios sedes de Copa América 2007 si no además, Mérida es la única ciudad de Venezuela y el Caribe que tiene nieve en sus montañas.
El juego estaba pautado para las cuatro de la tarde, y tenía tiempo
suficiente para comer pasteles, una especie de empanada a base de harina con
algo diferentes rellenos, algo típico de los andes venezolanos. El mejor lugar
para hacerlo, es en el Mercado Principal. Entrando al mercado me encuentro a
dos fanáticos del equipo Estudiantes porque usan la indumentaria del equipo.
Trato de sacarles conversa, pero la realidad es que están disfrutando de una
bebida que al parecer es atractiva porque hay una pequeña fila de pedidos.
Lo que hace un fanático, lo repiten todos, así que me animé a seguirle el
paso a aquellos dos uniformados de blanco y rojo. Vale decir que Estudiantes es
el equipo mas longevo de Venezuela, aunque apenas tenga 51 años, aunque
recordemos que Venezuela no es un país de gran tradición futbolera, así que es
un gran hito alcanzar esa data. Finalmente llego a la estación de pedidos y me
sugieren tomar Vitamina, es una bebida que suena energizante, pero por sus
ingredientes no ayuda mucho.
Mientras buscaba la venta de pasteles, me tropiezo nuevamente con los fanáticos,
y de inmediato le hice un par de preguntas para romper el hielo. Los merideños
como los andinos son atentos, pero cerrados para conversar, aunque cuando les
dije que venía exclusivamente a ver el juego, me lanzaron dos sonrisas y un
saludo de puños, típico de aquellos que mantenemos vivos las señales post-
pandémicas.
Una vez selecciono el lugar para disfrutar de los pasteles, me siento a la
mesa y en el techo me encuentro una bandera y un escudo de algunos equipos de
fútbol. Es el típico banderín que se reparten los jugadores previo a un
partido. Disfruto la vista pero la vendedora no tuvo compasión y me lanzó un
¿Cuántos pasteles? Tres pasteles y una Malta Polar, una de las mas deliciosas
en su especie. Es una bebida negra de cebada sin alcohol típica de los países
caribeños.
5 minutos de espera fueron suficientes para darme cuenta que los Domingos,
el merideño come pasteles, es un desayuno que compagina con la tradición del
lugar. Cada pastel me cuesta 6 Bolívares, algo así como 0.4 dólares y una malta
alrededor de 13 Bolívares. No es caro realmente, así que es una manera
económica y típica de comenzar el día.
Con las conversiones monetarias, es difícil realmente estar claro en los
montos. Tengo 2 billetes de 500.000 Bolívares aún en uso, que valen la mitad
del billete nuevo de Un Bolívar. Así que debo pedir ayuda y me la ofrecen sin
ningún problema. Pago mis pasteles, me voy con “barriga llena, y corazón
contento.”.
Aún tengo tiempo para pasear por algunos lugares cercanos. Mérida es
realmente una ciudad pequeña a 5 horas de la frontera colombiana, y con menos
de 500.000 habitantes. Es la ciudad universitaria de Venezuela por ser sede de
Universidad de Los Andes, que por cierto, albergó a otro equipo de Primera
División, ULA FC en los años 70, 80, y 90, escuadra que quedó campeón en dos
oportunidades y jugó Libertadores.
Por la cercanía, camino a la Plaza Bolívar y a su majestuosa Basílica de La
Inmaculada. Cuenta la leyenda que esta catedral se ha reconstruido en 3
oportunidades por daños sísmicos, la última en 1951. No es tan cerca como yo
pensaba, pero me encuentro un carro lleno de calcomanías o stickers y resaltan
algunos de fútbol entre ellos del equipo local. Parece que me simpatizan los
merideños.
Finalmente llego a la Basílica y puedo decir que es una de las mas hermosas
que he visto. Dicen que está inspira en la catedral de Toledo – España y aunque
se mas de fútbol y paisajes, creo que la de Toledo debe ser también
maravillosa. Disfruto el silencio de las iglesias y la solemnidad que le
brindan los merideños a su espacio.
Es además un lugar lleno arte: Esculturas, pinturas, vitrales. Creo en
definitiva hicieron un gran esfuerzo para ser la mejor del país y lo lograron.
Un Ave María suena en el fondo y un par de Novios entran a la iglesia a cumplir
el sagrado deseo divino de “unir al hombre y la mujer”. No hay mucha gente, pero suficiente con
sonrisas sinceras. Me retiro lentamente, creo no estoy preparado para ser
testigo ni culpable.
Algo típico de Mérida es comer churros con chocolate. Los Churros son una
tira con masa con una forma de particular, se sofríen y se les agrega azúcar.
Suena fácil, pero parece que quienes le han ganado en recetas a todos son precisamente
los de esta pequeña tienda que tiene mas de 60 años y 3 generaciones. Debo
hacer una corta fila, pago y me sugieren tomar asiento. Disfruto de los
churros, no lo puedo negar.
Camino unas 10 cuadras y visito el teleférico de Mérida, que por muchos
años fue el mas alto y largo del mundo. Las cabinas de ascenso son panorámicas
y desde este lugar se puede llegar a Pico Espejo, la estación mas alta y donde
se puede observar nieve ya que es el mas cercano al Pico Bolívar. Con el
ascenso vas perdiendo la capacidad de respirar, prometo desde hoy creer cuando
los jugadores de fútbol juegan en ciudades como La Paz, Quito y Bogotá y
muestran cansancio, les juro que no les creía en lo absoluto.
Empiezo a bajar al estadio. No está tan cerca de donde me encuentro y no
quiero perder detalle de la previa. Tomo un taxi y por $5 me da un amplio
recorrido de unos 4 KM. La radio local empieza a hablar del juego y al parecer,
hay buena expectativa. Creo aspiran un triunfo, aunque el rival de hoy es
Zamora, un equipo que en los últimos años ha ganado 4 títulos nacionales y
jugado torneos internacionales.
Cerca del estadio, veo como
aficionados van llegando en buenas cantidades. El Estadio Metropolitano fue
construido en 2005 como parte de Copa América 2007 y en este estadio jugaron
Bolivia, Perú, Uruguay y Venezuela. Durante 2011, también sirvió como
acampamiento de cadáveres, luego del choque de un avión cerca de la ciudad.
Siempre se ha dicho que el aeropuerto
de Mérida presenta dificultades para pilotos inexpertos a quienes les cuesta
comprender la topología de las montañas andinas. Cuenta la leyenda aeronáutica
que un piloto norteamericano tuvo que venir a hacer inspecciones a la pista de
aterrizaje, pero su temor fue tal que sólo vino una vez por avión, las próximas
2 llegó a la ciudad en autobús.
En 1999, Estudiantes de Mérida
tuvo su mejor participación en Copa Libertadores, ostentando la quinta posición
y a sólo un gol de semifinales. En una de las llaves derrotó a EMELEC de
Ecuador de visitante por 3 a 1 lo que le daba una gran ventaja, el recibimiento
fue tal que se colmó el aeropuerto de fanáticos y no dejaban salir a los
jugadores.
Un olor impregna el ambiente y
como me gusta probar las expresiones culinarias me acerco a un lugar que había
mas humo que gente. Apenas intento acercarme una señora muy sonriente me dice,
¿Cuántos choripanes quiere?, ante tanta sonrisa creo debo ser su primer cliente.
El Choripán es chorizo debidamente asado, que se coloca entre un pan al estilo
Hot Dog, sólo que no es salchicha sino chorizo y eso sí abundante salsa, es una
característica de la comida rápida venezolana, usar mucha salsa. El pote es
tuyo.
Luego de continuar probando las delicias de la ciudad, finalmente veo que la puerta esta mas cerca y despejada. Afortunadamente estoy a tiempo del inicio del juego, así que puedo caminar y estar relajado. Un alto porcentaje estaba uniformado con la camiseta del equipo y noté la ausencia plena de fanáticos del equipo visitante. Creo que algunos riesgos en las carreteras minimizaron la posibilidad de ver guerra de barras.
El rival de turno es Zamora, un
equipo de la ciudad de Barinas que queda a unas 4 horas de Mérida, así es que
los equipos toman avión para trasladarse. Recibo una llamada que me doy cuenta no era la
primera, me refugio en lugares cerrados para evitar el sonido ambiente. Al otro
lado del teléfono una voz femenina pronuncia mi nombre. Me pide confirmar la
reserva de hotel porque debo asegurar mi presencia, confirmo el precio y me
dice claramente $25.
Es normal que en los comercios de
esta ciudad y el país se hable de Bolívares o Dólares para el intercambio comercial,
así que aseguré mi reserva en una céntrica Posada, uno de los lugares
preferidos por los turistas. Las Posadas son generalmente casas familiares acondicionadas con todos los servicios que
ofrece un hotel, pero generalmente atendido por los dueños, lo cual le da
cierto grado de familiaridad a la estancia.
Aunque Mérida es una de las
ciudades mas frías de Venezuela, 40 minutos antes del juego veo como los
jugadores salen a calentar y creo que me
metí tanto al entrenamiento que sentí la necesidad de refrescarme. Me levanto
buscando alguna bebida y creo era el momento ideal para probar la cerveza
Polar, símbolo de la cervecería venezolana.
Otra fila mas para comprar algún
producto, pero le di tiempo a mis ansias y esperé mi turno para pagar 12 Bolívares,
$0,5 precio más que económico para una bebida dentro de un estadio de fútbol.
Tomo mi asiento, mi cerveza y justo cuando sonará el pito sumaría a mi bitácora
dos clubes más de fútbol para mis registros.
Al día siguiente tomaría un tour
todo el día para visitar los páramos andinos, así que debía esperar confirmar
hora y lugar. Mérida es el estado que más páramo tiene así que es un lugar para
conocer. El balón iba y venía, las barras cantaban y callaban y una infinita
cantidad de vendedores pasaban cerca de mí. De pronto otra recibo llamada que
era precisamente para confirmar el tour y el punto de encuentro.
El estadio Metropolitano tiene una capacidad para 42500 personas, similar al
del estadio de Sevilla en España. Esta rodeado
de tribunas que a su vez están protegidos de una loca para propiciar la sombra,
excepto la de la Tribuna Sur que está de espaldas a la Sierra Nevada, así que el
portero del equipo que ataca pude disfrutar de las nieves eternas mientras
evita un contraataque.
Aquí jugaron las selecciones de
Brasil y Argentina contra la selección Venezuela para Rusia 2018 por lo que fue
retransmitido a diferentes partes del mundo. Además de estos registros, ha sido
sede de juegos nacionales, Copa Sudamericana y Copa Libertadores, así como
amistosos internacionales.
En pre temporadas es común
observar a mas de un equipo haciendo entrenamientos en esta ciudad por sus
condiciones: canchas, hoteles de calidad, instituciones fisiológicas etc. Mérida es la ciudad mas alta de Venezuela 1600
m.s.n.m. y eso les permite trabajar las condiciones físicas con mas esfuerzo,
para después aprovecharlo en la mayoría de los estadios, todos a menos altura.
El lugar mas atractivo es Ecowild,
ubicado en La Culata, a 30 minutos de la ciudad con una altura mas elevada 1800
m.s.n.m. con 2 canchas de grama natural, parques, pista de hielo, rodeo y 24
confortables habitaciones con un precio de alrededor de $35 por persona que
incluye acceso a los parques temáticos.
En la misma zona podemos
encontrar lugares menos futboleros pero sí acogedores. Hotel Valle Grande, con
una distinción 4 estrellas, y 180 habitaciones. El precio oscila entre $30 y
$40 y 3 restaurantes con comida local, nacional y una especialidad italiana.
Hubo mucha migración italiana en los años 70 y la pizza no solo se globalizó
por el mundo sino también planto bandera en este lugar, que al parecer es muy
famoso.
Pero si hay algo que debo probar
durante la semana es precisamente la Trucha, un pecado típico de los ríos fríos
y como no es usual en Venezuela, el mejor lugar para comer trucha es Mérida.
Así que mientras observo las tribunas, empiezo a “hojear” el menú digital que
me enviaron para comer durante el recorrido.
Un GOOOOOLAZO al minuto 23 para
el equipo local me vuelve al juego y empezó a celebrar el ´primer y único gol de
aquel juego, resultado que deja a toda la ciudad y a mí contento, porque nada
como ver ganar al equipo de casa. Empiezo a descender del estadio y mientras
caminaba al Taxi un olor a Choripan invadió el ambiente, creo que intentaré
visitar un restaurante, a visitar la Calle del Hambre, una callecita que 10 1 5
areperas, creo me guardan las mejores arepas de la ciudad.