Nací en 1977, en
una población entre Mérida y Barinas, llamada Barinitas, pero los registros
dicen que vine al mundo en Pueblo Llano, Estado Mérida, por eso la primera vez
que yo hice un registro, arrojó error, porque legalmente no soy de Barinitas
sino de Pueblo Llano.
Cuando empecé a
escuchar de esas guerras territoriales, le dije a mi mamá. “Si hay alguna vez
una guerra entre Barinas y Mérida, seguramente van a tener una pelea particular
por mi, pero la realidad mostró que ni me esposa movió un dedo por mi, fui muy
fácil. ¿Se imaginan, yo barinés pero fanático de Estudiantes de Mérida?
Las primeras
guerras territoriales, que vi y que pocas veces llegué a entender porque son
tan complejas que ni ellos mismos lo pueden explicar, fueron las de los Balcanes
o Yugoslavas a principios de los 90, en la cual una nación como Yugoslavia se
dividió en principio a seis. Fue una guerra muy sangrienta, la peor en Europa
desde la Segunda Guerra Mundial.
Paralelamente a
esa Guerra, un equipo de fútbol llamado Estrella Roja de Belgrado, había
logrado alzarse con la Champions venciendo al Olimpique de Marsella, en la
tanda de penaltis. Era el equipo sensación de Europa, con un promedio de 2.5
goles por juego, era un equipo de temer al igual que su rival francés. La ausencia
de TV por cable o satelital nos daba como única opción a Venezolana de
Televisión para observar el juego, allí estaba Reyes Álamo y compañía con un
estilo muy español para transmitir juego. Ese equipo posteriormente jugó la
Copa Intercontinental contra Colo Colo de Chile, al que derrotó 3 – 0 en uno de los resultados más contundentes
mientras el torneo se jugó en Tokio.
Ese equipo, tuvo
que jugar parte de sus encuentros posteriores fuera de casa, por el veto
impuesto por FIFA y ONU al territorio bélico en Yugoslavia. Y meses mas tarde,
el conjunto se desmoronó porque los jugadores se fueron a otras ligas por el
miedo a la guerra, lo mismo ocurrió con el resto de los equipos que se
debilitaron o desaparecieron. En mis remotos recuerdos, mi principal fuente
informativa, recuerdo a un equipo de baloncesto luchar en un encuentro de
baloncesto con Yugoslavia, y buscando referencias me encontré en que esa
selección quedó campeona en ese mundial de Argentina, el último previo a la
guerra. Ese equipo también se disgregó. La verdad fue una derrota para el
deporte mundial, pues los yugoslavos habían
sumado 30 medallas en los dos juegos olímpicos anteriores. Inclusive Sarajevo, la
capital balcánica, había sido sede de los juegos olímpicos de Invierno. Por lo
años 90, había un periodista de RCTV que mostraba como el estadio nacional donde
se había desarrollado el acto inaugural, había sido destruido, y mostraba la
posible localización de los camerinos, todo en el piso. Era el símbolo de la
atrocidad de la guerra. Lo que un día fue alegría, se convirtió en muerte y
destrucción.
En esa gran cantidad
de migraciones, desapariciones, contrataciones fugaces llegó a Venezuela en 1992 Ratomir Dujkovic, el mismo
que ostentaba la responsabilidad de entrenar a los arqueros de ese Estrella
Roja de Belgrado. Llegó en principio a la selección de Venezuela, así como otros de sus "compatriotas" quienes recalaron en otras selecciones para la Copa América de Ecuador, a tal punto de que de los 12 DT, eran de esa región. Posteriormente otros equipos de fútbol profesional se hiciron de sus servicios, entre ellos Atlético Zulia,
donde jugaban varios merideños, que luego se convirtió en ULA FC, con una gran
plantilla, pero con poco apoyo de los tradicionales ulandinos.
Tiempo después
el yugoslavo, ya con pasaporte serbio, pese a haber nacido en Croacia, según lo
reseña el libro “Ghana, The Rediscovered Soccer Might” cuyo autor señala que
regresó por tercera vez a Estudiantes de Mérida, donde las diferencias con
algunos jugadores lo dejaron al margen del equipo. Fue un encuentro ante ULA
FC, con el cual perdieron 3-0, luego de que las diferencias en el equipo se
acentuaran al finalizar el primer tiempo. Algunos criticaron la actuación de
los jugadores y de la Junta Directiva, pero con el tiempo el equipo mejoró, a tal punto de alcanzar el
campeonato con “Sacchi” Escobar.
No encontré
referencias de la vinculación de balcánicos en el equipo alirrojo, pero en
2009, un par de croatas vinieron desde la tercera división a realizar alguna
prueba, hablé con uno de ellos y su equipo estaba por ascender a la segunda
división, pero no tenía licencia profesional y por lo tanto no podía.
Aunque el fútbol
yugoslavo era de gran calibre, nuestro Estudiantes de Mérida no pudo sumar
grandes historias con los balcánicos, es una tarea pendiente que seguramente
llegara fortuitamente como muchas cosas en el fútbol, chicos de barrios ganando
en otro continente, equipos “chicos” derrotando a grandes, equipos de élite
disgregarse por una guerra, así es la vida, Hoy es alegría, mañana es tristeza
o viceversa.
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