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lunes, 12 de septiembre de 2016

Disculpe usted Sr Galeano

El gran escritor uruguayo Eduardo Galeano sentía que aún se escuchaban en el Maracaná el llanto de casi 200 mil brasileños luego de los goles de Schiaffino y Ghiggia en el llamado maracanazo en 1950. Que en las tribunas del Azteca, aún retumban los gritos de los argentinos celebrando el Gol de la Mano de Dios con el que Maradona se vengó de los ingleses en el Mundial de México 86, pero que en lugares como el estadio del Rey Fadh, con pisos de Mármol y Alfombra roja, te detenías en el medio del campo y el silencio aturdía.

Y me aturdía el silencio de las casi mil personas que estábamos en el Metropolitano. Me aturdían las palabras de un personaje del equipo, quien se mostraba decepcionado ante la respuesta de los aficionados de Estudiantes de Mérida. ¿Cómo le decía yo que estaba en lo cierto? pero que los gritos del equipo académico en el Metropolitano no retumbaban como esperaba el escritor uruguayo que sucediese. Y es que Galeano, estaba estupefacto. Hacía sólo 4 días le pareció escuchar en ese mismo lugar gritos, goles y rechiflas a los argentinos de parte de esa misma afición, tal vez impregnada de vinotinto. Salió aturdido.

Pero éramos pocos. Tal vez la lluvia, incesante desde la media tarde, disipaba las ansias de ver uno de los juegos más tradicionales del fútbol venezolano, Estudiantes vs Mineros de Guayana. Yo, dudé, quizás la comodidad de la casa me intentaba abrigar ese sábado, pero tomé fuerza, me levanté y me fui al estadio. Sigo admirando que una persona tome dos o tres busetas, camine un enlace, y bajo la lluvia llegar al estadio.

Me refugié en la cabina de una radio, y obviamente escuché los comentarios, créanme que también valoro el trabajo de los comentaristas y narradores. A algunos le dicen fanáticos con micrófono, realmente no sé qué pasaría con las transmisiones radiales si no tuvieran un sentimiento por el equipo. Los escuchaba y discernía, pensaba en sus análisis y en algunos puntos era coincidente y no por accidente, simplemente lo que sé de fútbol lo he aprendido así, escuchando la radio, viendo la TV y yendo al estadio.

Pero el fútbol en la cabina de radio te limita a sentir el ambiente, frio o no, de lo que pasa alrededor.  Salgo a mitad de tiempo y me voy a un espacio abierto. El frío me hace dudar, pero el pitado del segundo tiempo me frena. Los aplausos me animan y dudo de Galeano, desde el cielo me juzgará, pero como no entendí algunos comentarios políticos de su parte, tampoco entenderá los míos.

 Y miro a la derecha, conté seis, de repente siete, tres de ellos sin camisa, dos portando una pancarta, los otros con una franela en su mano derecha ondeándola para que el fuerte y frío viento no le ganara. Venían de Puerto Ordaz, a apoyar a su equipo. Si admiro a los de aquí por qué no aplaudir a los de allá. ¿Cuántas horas? ¿Cuántos sacrificios? Para irse derrotados, no por ellos, porque retaron a Galeano, sus gritos me aturdían la conciencia de que por poco yo no iba al juego a pesar de los menos de 20 minutos de distancia, entre mi casa y el estadio. Pero derrotados por el equipo. Un equipo que naufraga como nunca antes, que no gana, que venía a sumar, pero se llevó el 1 x 0  en contra.


Aquí Galeano me aplaude, o mejor dicho Galeano me entiende, porque los aplausos se los ganó el mexicano con su gol, y Araque con sus atajadas. Galeano decía que no era futbolistas porque amaba y disfrutaba tanto el fútbol  que se iría corriendo a felicitar al contrario después de un golazo. Yo tampoco jugué fútbol, porque seguramente el árbitro no me dejara llevar un lápiz para anotar tantas cosas que pasan desde que te convocan a un partido, hasta que te echas la ducha luego del partido. Y casi que corro junto a Galeano, para felicitar a los casi mil fanáticos de Estudiantes de Mérida que le hicieron frente a la lluvia para llegar al estadio y a los 7 hinchas de Mineros de Guayana, que dejaron el sudor mezclado con gotas de lluvia en las tribunas del Estadio Metropolitano.

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Estudiantes de Mérida 1-1 Mineros de Guayana – Sábado 10.9.2016
Estudiantes de Mérida (1): Alejandro Araque, Marlon Bastardo (Luz Rodríguez 55’), Juan Muriel, Leonel Vielma, Richard Lobo, Cristian Rivas*, Wislinton Rentería, Wiston Azuaje (Leonardo Terán 68’), Luis Barrios (Engelberth Briceño 88’), Johan Arenas y Gustavo Páez. DT: Ruberth Morán.
Suplentes sin jugar: José Mendoza. Omar Labrador, Mario Mosquera y Wilson Guerrero.
Mineros de Guayana (0): Tito Rojas, Edgardo Rito, Julio Machado, Anthony Matos, Néstor Cova (Edgar Bobilla 62’), Keyner Rodríguez, Abrahan Moreno* (Yaimil Medina* 66’), Aristóteles Romero, Miguel Camargo, Johan Arrieche y Ernesto Sinclair (Ángel Osorio 74’). DT: Jorge Duran.
Suplentes sin jugar: Davis González, Daniel Benítez, Nelson Semperena y Jesús Quintero.
Gol: Luz Rodríguez 63’ (EST)
Amonestados: Juan Muriel 41’ Luz Rodríguez 73’ Alejandro Araque 88’ y Leonel Vielma 88’ (EST) Tito Rojas 42’ Johan Arrieche 68’ y Aristóteles Romero 73’ (MIN)
Árbitro: José Hoyos (Trujillo)
Asistente 1: Francisco González (Trujillo)
Asistente 2: José González (Trujillo)
4° Árbitro: Dilio Boscan (Trujillo)
Estadio: Metropolitano en Mérida
Asistencia: 1927 personas *
Delegado FVF: César Duran



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