El gran escritor
uruguayo Eduardo Galeano sentía que aún se escuchaban en el Maracaná el llanto
de casi 200 mil brasileños luego de los goles de Schiaffino y
Ghiggia en el llamado maracanazo en 1950. Que en las tribunas del
Azteca, aún retumban los gritos de los argentinos celebrando el Gol de la Mano
de Dios con el que Maradona se vengó de los ingleses en el Mundial de México
86, pero que en lugares como el estadio del Rey Fadh, con pisos de Mármol y
Alfombra roja, te detenías en el medio del campo y el silencio aturdía.
Y me
aturdía el silencio de las casi mil personas que estábamos en el Metropolitano.
Me aturdían las palabras de un personaje del equipo, quien se mostraba
decepcionado ante la respuesta de los aficionados de Estudiantes de Mérida. ¿Cómo
le decía yo que estaba en lo cierto? pero que los gritos del equipo académico
en el Metropolitano no retumbaban como esperaba el escritor uruguayo que
sucediese. Y es que Galeano, estaba estupefacto. Hacía sólo 4 días le pareció
escuchar en ese mismo lugar gritos, goles y rechiflas a los argentinos de parte
de esa misma afición, tal vez impregnada de vinotinto. Salió aturdido.
Pero éramos
pocos. Tal vez la lluvia, incesante desde la media tarde, disipaba las ansias
de ver uno de los juegos más tradicionales del fútbol venezolano, Estudiantes
vs Mineros de Guayana. Yo, dudé, quizás la comodidad de la casa me intentaba
abrigar ese sábado, pero tomé fuerza, me levanté y me fui al estadio. Sigo
admirando que una persona tome dos o tres busetas, camine un enlace, y bajo la
lluvia llegar al estadio.
Me refugié
en la cabina de una radio, y obviamente escuché los comentarios, créanme que
también valoro el trabajo de los comentaristas y narradores. A algunos le dicen
fanáticos con micrófono, realmente no sé qué pasaría con las transmisiones
radiales si no tuvieran un sentimiento por el equipo. Los escuchaba y
discernía, pensaba en sus análisis y en algunos puntos era coincidente y no por
accidente, simplemente lo que sé de fútbol lo he aprendido así, escuchando la
radio, viendo la TV y yendo al estadio.
Pero el
fútbol en la cabina de radio te limita a sentir el ambiente, frio o no, de lo
que pasa alrededor. Salgo a mitad de
tiempo y me voy a un espacio abierto. El frío me hace dudar, pero el pitado del
segundo tiempo me frena. Los aplausos me animan y dudo de Galeano, desde el
cielo me juzgará, pero como no entendí algunos comentarios políticos de su
parte, tampoco entenderá los míos.
Y miro a la derecha, conté seis, de repente
siete, tres de ellos sin camisa, dos portando una pancarta, los otros con una
franela en su mano derecha ondeándola para que el fuerte y frío viento no le
ganara. Venían de Puerto Ordaz, a apoyar a su equipo. Si admiro a los de aquí
por qué no aplaudir a los de allá. ¿Cuántas horas? ¿Cuántos sacrificios? Para
irse derrotados, no por ellos, porque retaron a Galeano, sus gritos me aturdían
la conciencia de que por poco yo no iba al juego a pesar de los menos de 20
minutos de distancia, entre mi casa y el estadio. Pero derrotados por el
equipo. Un equipo que naufraga como nunca antes, que no gana, que venía a
sumar, pero se llevó el 1 x 0 en contra.
Aquí
Galeano me aplaude, o mejor dicho Galeano me entiende, porque los aplausos se
los ganó el mexicano con su gol, y Araque con sus atajadas. Galeano
decía que no era futbolistas porque amaba y disfrutaba tanto el fútbol que se iría corriendo a felicitar al
contrario después de un golazo. Yo tampoco jugué fútbol, porque seguramente el
árbitro no me dejara llevar un lápiz para anotar tantas cosas que pasan desde
que te convocan a un partido, hasta que te echas la ducha luego del partido. Y
casi que corro junto a Galeano, para felicitar a los casi mil fanáticos de
Estudiantes de Mérida que le hicieron frente a la lluvia para llegar al estadio
y a los 7 hinchas de Mineros de Guayana, que dejaron el sudor mezclado con gotas de
lluvia en las tribunas del Estadio Metropolitano.
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Estudiantes de Mérida 1-1 Mineros de Guayana – Sábado 10.9.2016
Estudiantes de Mérida (1): Alejandro Araque, Marlon Bastardo (Luz Rodríguez 55’), Juan Muriel, Leonel Vielma, Richard Lobo, Cristian Rivas*, Wislinton Rentería, Wiston Azuaje (Leonardo Terán 68’), Luis Barrios (Engelberth Briceño 88’), Johan Arenas y Gustavo Páez. DT: Ruberth Morán.
Suplentes sin jugar: José Mendoza. Omar Labrador, Mario Mosquera y Wilson Guerrero.
Mineros de Guayana (0): Tito Rojas, Edgardo Rito, Julio Machado, Anthony Matos, Néstor Cova (Edgar Bobilla 62’), Keyner Rodríguez, Abrahan Moreno* (Yaimil Medina* 66’), Aristóteles Romero, Miguel Camargo, Johan Arrieche y Ernesto Sinclair (Ángel Osorio 74’). DT: Jorge Duran.
Suplentes sin jugar: Davis González, Daniel Benítez, Nelson Semperena y Jesús Quintero.
Gol: Luz Rodríguez 63’ (EST)
Amonestados: Juan Muriel 41’ Luz Rodríguez 73’ Alejandro Araque 88’ y Leonel Vielma 88’ (EST) Tito Rojas 42’ Johan Arrieche 68’ y Aristóteles Romero 73’ (MIN)
Árbitro: José Hoyos (Trujillo)
Asistente 1: Francisco González (Trujillo)
Asistente 2: José González (Trujillo)
4° Árbitro: Dilio Boscan (Trujillo)
Estadio: Metropolitano en Mérida
Asistencia: 1927 personas *
Delegado FVF: César Duran
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