La vida,
con todo lo que esa palabra con lleva, dios, familia, metas, sueños etc., me ha
llevado a conocer diversos lugares, no tanto desde el punto de vista turístico,
sino además de ellos su cultura, enfoque y su pasión por el deporte, en
especial el fútbol. Por ello mis análisis del fútbol relacionados con la
sociedad, la hago un poco mejor que mis desacertados análisis de juego, del 3-4-3, 4-4-2, o de las características de los jugadores y me
defiendo como gato patas arriba, diciendo “el mundo del fútbol no es solo 90
minutos, sino en 90 minutos se ve el mundo del fútbol, y para ahorrar intrigas
y no maltratar mi sueño de escritor me refiero a que el fútbol es simplemente
reflejo de una parte importante de la sociedad y se muestra en la cancha
partido a partido.
Una de
las cosas que me tocó aprender, fue entender como la gente
de Centroamérica sigue apostando por su fútbol a pesar de sus pocos logros y
posibilidades, bueno en eso se parecen a nosotros a pesar de nuestro
crecimiento futbolístico. En uno de esos países donde el fútbol toma fuerza
social de alta trascendencia es en México, comparado a un país que ha tocado la
gloria mundialista, aunque como ellos mismos dicen, no pasen del quinto partido
en los mundiales, me topé con la frase que despierta algarabía, que los
identifica en cualquier parte del mundo, que representa una inyección de positivismo: "chiquiti
bum a la bim bomba, chiquiti bum a la bim bomba, México ra ra ra”. Al principio
me daba risa, me parecía que rozaba en lo absurdo y hasta ….., pero como también
la vida me enseñó a respetar culturas, lo dejé así y hasta lo dije un par de
veces en La Fiesta de Independencia.
Al tomar
la escritura como un hobby, en un semanario al norte del continente, me empecé
a interesar por curiosidades y un buen día que México aparecía en mi pauta
personal, me dio intriga el significado de tal frase, expresión de la
cultura mexicana, tan amplia como la longitud de la mencionada oración. Resulta que esa expresión, representa el sonido
onomatopéyico de un tren y era expresado por los jugadores mexicanos en la
segunda década del siglo pasado, porque
cada vez que ganaban debían tomar el
tren para jugar otro encuentro de más trascendencia y el sonido
del tren representaba triunfo, éxito,
desafío y se convirtió en un grito de guerra hasta nuestros días.
En una noche
al estilo londinense antes del BREXIT, es decir tranquilidad, leve lluvia, frío
soportable etc., muchas personas se podrían ir a un café para descargar las tensiones de la semana y abrir
un paréntesis en la vida cotidiana, pero yo tomo el tiempo para trasladarme al
estadio Metropolitano para el juego de Estudiantes contra Atlético Venezuela. Cuando manejaba al mencionado lugar, veía que muchos vehículos iban en mi dirección
y podría pensar que algunos perseguían mí mismo destino, aunque no tenía un
ápice de certeza, contrario a cuando vas en buseta o el trole, que seguramente
por la franela, la gorrita y la disposición, te das cuenta de que esas personas van al estadio
tambien
Otros
por el contrario, subían en contravía, por lo que obviamente tenían otros
planes, a lo mejor ni pendiente de que ese 2 de julio de 2016 se estaba
gestando un hecho particular, era el simple hecho de que Estudiantes de Mérida corría
el telón de la temporada. Pero si eso no representaba suficiente motivación,
estaba el hecho de que el equipo arrancaba con una nueva junta directiva, y es
que para nosotros los fanáticos de Estudiantes de Mérida, es tan emocionante
una nueva junta directiva como el anuncio de la llegada de un extranjero. Pero este día se estaban dando ambas
situaciones, es decir, hacia su debut oficial la nueva junta directiva en casa
y también debutaba para el equipo un jugador proveniente de México, quien se convertiría
en el primer jugador de suelo azteca en militar en el equipo albirojo. Para el
futbol venezolano, acostumbrado al arribo de jugadores argentinos, colombianos,
uruguayos, brasileños, aunque cada vez en menor cantidad, tener un jugador de
esas tierras es un tanto exótico, independientemente de que venga con cartel o
no.
Cada quien hace su análisis del
encuentro, pero al llegar a casa, al contar que hizo el fin de semana, el
cuento es que fue al juego y ganó Estudiantes. Un pequeño o nulo porcentaje
pregunta como jugó el equipo, la pregunta obligada es quien ganó y si la
curiosidad se hace presente, se interesan por saber quién hizo el gol y aunque la
respuesta de una u otra manera es un tanto exótica, lo hizo el mexicano.
Nadie va
a hacer el gritico onomatopéyico mexicano, pero mientras vayamos ganando y
porque no, el mexicano anotando, digo como el gran comediante mexicano Mario Moreno
“Cantinflas”, “Si se necesita un sacrificio… renuncio a mi parte y agarro la
suya.” Con tal que la algarabía siga.
Cuando comencé a leer pense que era tomado de algún articulo del extranjero...cuando me adentre en la lectura... Oh sorpresa el amigo Jesús escribe y ademas lo hace de una agradable manera... Que siga el sonido del tren para Estudiantes de Mérida y para Jesus Santiago tambien...
ResponderEliminarGracias.......
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