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jueves, 26 de mayo de 2016

Estudiantes y los balcánicos



Nací en 1977, en una población entre Mérida y Barinas, llamada Barinitas, pero los registros dicen que vine al mundo en Pueblo Llano, Estado Mérida, por eso la primera vez que yo hice un registro, arrojó error, porque legalmente no soy de Barinitas sino de Pueblo Llano.



Cuando empecé a escuchar de esas guerras territoriales, le dije a mi mamá. “Si hay alguna vez una guerra entre Barinas y Mérida, seguramente van a tener una pelea particular por mi, pero la realidad mostró que ni me esposa movió un dedo por mi, fui muy fácil. ¿Se imaginan, yo barinés pero fanático de Estudiantes de Mérida?



Las primeras guerras territoriales, que vi y que pocas veces llegué a entender porque son tan complejas que ni ellos mismos lo pueden explicar, fueron las de los Balcanes o Yugoslavas a principios de los 90, en la cual una nación como Yugoslavia se dividió en principio a seis. Fue una guerra muy sangrienta, la peor en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.



Paralelamente a esa Guerra, un equipo de fútbol llamado Estrella Roja de Belgrado, había logrado alzarse con la Champions venciendo al Olimpique de Marsella, en la tanda de penaltis. Era el equipo sensación de Europa, con un promedio de 2.5 goles por juego, era un equipo de temer al igual que su rival francés. La ausencia de TV por cable o satelital nos daba como única opción a Venezolana de Televisión para observar el juego, allí estaba Reyes Álamo y compañía con un estilo muy español para transmitir juego. Ese equipo posteriormente jugó la Copa Intercontinental contra Colo Colo de Chile, al que derrotó 3 – 0  en uno de los resultados más contundentes mientras el torneo se jugó en Tokio.



Ese equipo, tuvo que jugar parte de sus encuentros posteriores fuera de casa, por el veto impuesto por FIFA y ONU al territorio bélico en Yugoslavia. Y meses mas tarde, el conjunto se desmoronó porque los jugadores se fueron a otras ligas por el miedo a la guerra, lo mismo ocurrió con el resto de los equipos que se debilitaron o desaparecieron. En mis remotos recuerdos, mi principal fuente informativa, recuerdo a un equipo de baloncesto luchar en un encuentro de baloncesto con Yugoslavia, y buscando referencias me encontré en que esa selección quedó campeona en ese mundial de Argentina, el último previo a la guerra. Ese equipo también se disgregó. La verdad fue una derrota para el deporte mundial,  pues los yugoslavos habían sumado 30 medallas en los dos juegos olímpicos anteriores. Inclusive Sarajevo, la capital balcánica, había sido sede de los juegos olímpicos de Invierno. Por lo años 90, había un periodista de RCTV que mostraba como el estadio nacional donde se había desarrollado el acto inaugural, había sido destruido, y mostraba la posible localización de los camerinos, todo en el piso. Era el símbolo de la atrocidad de la guerra. Lo que un día fue alegría, se convirtió en muerte y destrucción.



En esa gran cantidad de migraciones, desapariciones, contrataciones fugaces llegó a  Venezuela en 1992 Ratomir Dujkovic, el mismo que ostentaba la responsabilidad de entrenar a los arqueros de ese Estrella Roja de Belgrado. Llegó en principio a la selección de Venezuela, así como otros de sus "compatriotas" quienes recalaron en otras selecciones para la Copa América de Ecuador, a tal punto de que  de los 12 DT, eran de esa región. Posteriormente otros equipos de fútbol profesional se hiciron de sus servicios, entre ellos Atlético Zulia, donde jugaban varios merideños, que luego se convirtió en ULA FC, con una gran plantilla, pero con poco apoyo de los tradicionales ulandinos.



Tiempo después el yugoslavo, ya con pasaporte serbio, pese a haber nacido en Croacia, según lo reseña el libro “Ghana, The Rediscovered Soccer Might” cuyo autor señala que regresó por tercera vez a Estudiantes de Mérida, donde las diferencias con algunos jugadores lo dejaron al margen del equipo. Fue un encuentro ante ULA FC, con el cual perdieron 3-0, luego de que las diferencias en el equipo se acentuaran al finalizar el primer tiempo. Algunos criticaron la actuación de los jugadores y de la Junta Directiva, pero con el tiempo  el equipo mejoró, a tal punto de alcanzar el campeonato con “Sacchi” Escobar.



No encontré referencias de la vinculación de balcánicos en el equipo alirrojo, pero en 2009, un par de croatas vinieron desde la tercera división a realizar alguna prueba, hablé con uno de ellos y su equipo estaba por ascender a la segunda división, pero no tenía licencia profesional y por lo tanto no podía.



Aunque el fútbol yugoslavo era de gran calibre, nuestro Estudiantes de Mérida no pudo sumar grandes historias con los balcánicos, es una tarea pendiente que seguramente llegara fortuitamente como muchas cosas en el fútbol, chicos de barrios ganando en otro continente, equipos “chicos” derrotando a grandes, equipos de élite disgregarse por una guerra, así es la vida, Hoy es alegría, mañana es tristeza o viceversa.


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