Estoy casi seguro de que sí al científico Issac Newton le hubiese gustado
el fútbol, él como técnico hubiese diseñado un juego fluido y de toque al
estilo “tiqui taca” con el cual hubiese puesto fin a la revolución científica.
Los juegos hubiesen culminado con resultados de 20 a 10, 15 a 40 y un partido
cerrado y aburrido hubiese sido un 11 a 10 o 9 a 8. No podría dudar que
Newton hubiese sido el Ferguson del
equipo galáctico de la época y posteriormente se hubiese ido molesto y
despeinado a jugar en el equipo archirrival. Usando la teoría de la Ley de Gravitación
Universal hubiese propuesto un nuevo estilo de juego manipulando los cuerpos de
los jugadores para que los suyos sacaran mejor partido de la Fuerza y la Masa.
Entonces bajo estos preceptos, la Masa que es la cantidad de materia que
posee un cuerpo, bien sea sólida, líquida o gaseosa, hubiese jugado un papel de
suma importancia en el nuevo esquema futbolístico porque un jugador podría
ejecutar un disparo de larga distancia y evaporarse a alcanzar el balón para
finalizar la jugada.
En caso de que todo hubiese sido errático como aquellos
delanteros que no logran definir, bien podría regresar sacando el mejor
provecho de que la velocidad es la distancia sobre el tiempo (v=d/t) y alcanzar
el punto de congelación una vez en zona defensiva para plantar una muralla y
evitar goles. Entonces esta última jugada hubiese provocado que los fanáticos
lanzaran a la cancha bengalas de fuego con el firme deseo de propiciar un
descongelamiento de la defensa a lo cual Newton no le tenía respuesta inmediata.
Tampoco hubiese tenido respuesta de por qué un delantero, vive de momentos,
de goles, porque es interesante como el jugador cuando hace un gol se siente y
se sienta en una cima emocional que le permite ver, desde esa altura, todos los
huequitos que deja la defensa y logra observar en el fondo a un arquero,
pequeño, sumiso, casi invitándolo a que no dispare el balón porque no podrá
defender su arco.
No sé si hubiese llegado al fútbol venezolano con Caracas, Táchira o Estudiantes de Mérida
pero seguramente con un 3 4 3 o 4 4 2, estuviera preparando la fórmula perfecta
para la próxima edición de Copa Libertadores.
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