Hasta
la Biblia lo dice “No es bueno que el hombre siga sólo, voy a hacerle una
ayudante que lo complemente” y aunque a dos años de matrimonio, algunos quisieran
regresar a los tiempos de Cristo y reprocharle al mismo hijo de Dios sus
“sabias” palabras, todo se resume en el veredicto de condena de Pilatos “Lo
escrito, escrito está”
Cada
vez que voy a la iglesia, me siento
bendito entre todas las mujeres, como dice el rosario, pero no es porque esté
bendito realmente, sino porque el 73,73% de los feligreses son mujeres. ¿Acaso
los hombres no rezan?, comentaba una viejita, con un claro deseo de vilipendiar
acerca de mi género. Pero pensé que eso es falso porque cada vez que voy a un juego de fútbol, escucho a aquellos
inocentes futbolistas darle reiteradamente gracias a Dios por un gol o por un triunfo. No puedo negar que los
jugadores se notan piadosos cada vez que dan declaraciones a la radio.
Por
lo visto, otros caballeros y yo somos extraños yendo a un espacio reservado
para mujeres, Pero, esto no es nuevo e inclusive esta relación es inversamente
proporcional a la que se observa en la iglesia. Por ejemplo, en la década del
90, Estudiantes de Mérida tuvo una mujer presidenta del equipo, la señora
Yolanda. Puedo decir con orgullo que fue la primera mujer en ocupar ese cargo
en Venezuela y revisando las estadísticas podría ser la segunda o tercera a
nivel mundial en el plano profesional.
Aquí
no meto a La Chaca, aunque su nombre de pila era Josefina. Ella fue presidenta
del equipo de mi pueblo llamado La Placita, algunos años antes que la señora
Yolanda, pero como no era equipo profesional queda simplemente en los récords y
anécdotas autóctonas. Ella se ganó mi temor desde que le cayó a manotazos a una
cerveza que llevaba “Chipia”, el portero del equipo porque tenía dos meses
tomando sin parar y lo expulsó de inmediato.
Es
que hay mujeres que se toman sus deberes muy en serio tanto en la iglesia como
en el fútbol. Yo hace tiempo asumí que ese dicho “el fútbol es una religión”
fue a raíz del manotazo de La Chaca y especialmente cuando la señora Yolanda colocaba
una estampita del Sagrado Corazón de Jesús detrás del arco Rojiblanco.
Que
no se tome esto como una declaración pro feminista, y valoro las acciones de la
Junta Directiva del equipo, pero siento que en el juego de Estudiantes ante
Zamora faltaba una especie señora Yolanda con su estampita, no por el arco,
porque ni siquiera lo inquietaron los zamoranos sino por esa falta de
conciliación en un pase largo, en las malas entregas, en algunos gestos, en la
dinámica del partido. Espero que los rosarios y oraciones de la señora Yolanda
tengan vigencia luego de más de dos décadas porque no estaría dispuesto a ver
otro manotazo de La Chaca.
@jesusalfredosp
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